Todos experimentamos una amplia gama de sentimientos agradables y desagradables en el trabajo al interactuar con colegas, clientes, proveedores y otros. Estos sentimientos influyen en nuestras decisiones, comportamientos y desempeño.

Los sentimientos agradables tienen un efecto de "ampliar y construir" que nos hace pensar de manera más amplia, involucrarnos más profundamente y desempeñarnos mejor.

Las emociones desagradables tienden a tener un efecto de "estrechar y limitar", lo que nos hace ser más cerrados, menos comprometidos y más flojos en el desempeño. En conjunto, estas emociones impactan los resultados finales para bien o para mal.

Las investigaciones muestran que las personas en organizaciones de alto rendimiento experimentan más emociones positivas y menos emociones negativas que las de organizaciones de bajo rendimiento. (Boedker et al. 2011)

El Índice de Cultura Emocional (ECI)

El Índice de Cultura Emocional se ha diseñado para medir tres dimensiones de las emociones en el trabajo:

•Estado Actual. Con qué frecuencia la gente experimenta algunos sentimientos en el trabajo.

•Estado Esperado. Con qué frecuencia la gente piensa que es justo y razonable experimentar estos sentimientos en el trabajo considerando la naturaleza y el contexto de su entorno laboral.

•Estado Ideal. Con qué frecuencia piensa la gente que debe experimentar idealmente estos sentimientos en su lugar de trabajo para ser efectivos.